Once estados de la República modificaron en los últimos meses su Constitución Política para establecer que el Estado reconoce, protege y garantiza el derecho a la vida desde el momento de la fecundación. Esto significa un profundo retroceso para millones de mujeres, al apuntar a la prohibición total del aborto, incluso por violación. Estas reformas constitucionales fueron realizadas primordialmente por las fracciones parlamentarias del PAN y del PRI en los Congresos estatales, como parte de lo que parece ser una estrategia nacional en alianza con la jerarquía de la iglesia católica.
Al avalar e impulsar estas reformas, el PRI desconoce la argumentación y el dictamen de la Suprema Corte de Justicia de la Nación a favor del derecho de las mujeres a interrumpir un embarazo no deseado, y se suma como gobierno a las acciones más retrógradas que han emprendido en contra de los derechos de las mujeres el actual gobierno federal y los gobiernos locales panistas.
Ello, en una absoluta contradicción a su Declaración de Principios en la cual el PRI se pronuncia “por un Estado laico para el siglo XXI, que sostenga la imparcialidad de las instituciones y garantice la salvaguarda del ámbito particular de los individuos frente a cualquier intromisión de corporación, credo o dogma y reconozca a plenitud el ejercicio de su libre albedrío”.
Es más contradictorio aún cuando Beatriz Paredes, la presidenta del PRI, declaró el 31 de marzo: “Ojalá los moralistas de ultraderecha, que inciden en decisiones de algunos partidos políticos, no hagan que se olvide que somos un México plural, en donde tiene que haber derecho de que las mujeres puedan decidir sobre su cuerpo, de que los homosexuales tengan espacios políticos, y de que haya todo el respeto a la libertad de expresión, esa es la pluralidad, no sólo un juego de siglas entre partidos”.
El PRI miente también en su Programa de Acción al plantear que reconoce “que los derechos de las mujeres están por encima de cualquier disposición gubernamental, costumbre, tradición, o creencia por lo que nos comprometemos a:“…Pugnar por la atención integral de la salud de las mujeres, particularmente en la salud reproductiva… lo cual involucra el ejercicio libre y responsable de la maternidad y el derecho a la información y a la educación sexual” así como a “Defender el derecho que tienen las mujeres para decidir el número de hijos que deseen tener”.
Las organizaciones abajo firmantes repudiamos esta actitud del PRI, repudiamos su doble discurso, repudiamos su genuflexión ante ideologías retrogradas y conservadoras y repudiamos también su desdén por los derechos humanos de las mujeres al avalar e impulsar reformas constitucionales que los violentan gravemente.
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