El genocidio Juvenil, ¿otro daño colateral?

Laura Olivia Martínez Montes, 8 de noviembre de 2010.
CREACTIVAS Ser y Actuar en Equidad

Más allá de la legitimidad para combatir el crimen, lo que resulta evidente a más de tres años de conflicto armado es la urgencia de modificar la estrategia de combate del gobierno calderonista, ya que se ha visto que la criminalización de las y los jóvenes y niños ha sido la constante y la inseguridad sigue. El Genocidio juvenil es ya, un problema inminente en el país.

El Estado Mexicano debe crear e implementar de manera urgente políticas públicas que garanticen a las y los jóvenes mayores oportunidades educativas, culturales y laborales para de esa forma evitar que se incorporen en las filas delincuenciales.

Las recientes masacres de jóvenes en Ciudad Juárez, Tijuana, Tepic y el Distrito Federal reflejan la vulnerabilidad de este sector en una guerra fallida que lo único que ha desencadenado es más violencia y víctimas, todas estas en su mayoría jóvenes.

El cese de la militarización por la cual atraviesa el país así como el castigo a los responsables de los asesinatos sin importar su procedencia u origen (criminales o policías y militares) son ahora, una exigencia que desde, para y por los jóvenes debe hacerse ya que es una responsabilidad juvenil en aras de los derechos humanos, políticos y sociales de estos. El dar una respuesta concreta y real por parte del Estado Mexicano a sus jóvenes, es hoy el principal desafío democrático que tiene el país; ¿o será que la posición gubernamental seguirá siendo la de que se trata sólo de “daños colaterales” y que las y los jóvenes asesinados “lo merecían” pues eran delincuentes?